miércoles, 4 de enero de 2012

Golf is not how, it's how many

El día 25 de diciembre por la amñana no tenía yo otra cosa más interesante que hacer, mientras se acercaba la hora de la comida navideña, que ver un vídeo emitido este año por la BBC llamado Seve: The Legend, el cual me había comprado un par de días antes en μtorrent.

El caso es que en el momento en que el documental se centra en su primera victoria en el Open, concretamente comentando el archiconocido golpe del parking, el propio Ballesteros sale hablando en una entrevista de hace unos cuantos años, con esa estampa de galán de Hollywood que le hizo famoso y suelta:

Golf is not how, it's how many

Lo dice con ese tono, esa mirada y esa determinación, que a pesar de ser algo que todos nosotros seguro que ya hemos oído en alguna ocasión, con otras palabras, en otro idioma, en boca de otro jugador, me resulto como la frase más cierta y novedosa que he escuchado jamás acerca del golf.

Y sí, en definitiva he creado esta entrada no sólo para hablar de la frase, que es una excusa, sino para recomendar a todo el que no haya visto el documental de una hora de duración, que pierda 59 minutos y 43 segundos de su tiempo en verlo. Es, cuanto menos, emocionante.

viernes, 14 de octubre de 2011

La Teoría del Fallo

En esto del golf, los amateurs, esa especie que pululamos por los campos de España los fines de semana, fiestas de guardar y algún día entre semana en que suena la flauta, muchas veces nos empeñamos en compararnos con los profesionales.

Sí, vale, todo el mundo dice que esto no es así, que sabe la diferencia entre un amateur y un profesional, que sabe que ellos viven de esto y nosotros nos ganamos el jornal con otras actividades más aburridas y menos lúdicas. Sin embargo, cuando estamos ante un golpe complicado, muchas veces optamos por agarrar el hierro cinco e intentamos hacer ciento-no-se-cuantos metros desde el rough porque lo hemos visto en la tele. O alrededor de green, intentamos hacer ese globo imposible que tanto nos gusta cuando lo hace Mickelson en vez de jugarla bajita. Es inevitable, supongo, porque a casi todo el mundo que conozco nos pasa lo mismo.

El otro día hablaba con el profesional de mi club y me dijo una cosa que me dejó pillado, no porque tuviera razón, que en esto del golf casi siempre que él y yo tenemos puntos de vista diferentes, es él quien suele tener razón, sino por lo sencilla que era y lo útil que me pareció.

Él afirmaba que la gran diferencia entre el jugador y el jugador profesional, no es que los pros patéen mejor que nosotros, o que de cien metros para abajo sean mucho más precisos. Ni siquiera es la distancia ni la pegada, como muchos piensan. Para él, la gran diferencia y por ende, el gran problema es que los profesionales saben aceptar EL FALLO, mientras que los amateurs, no.

Curiosamente –porque debería ser al revés- un profesional entiende que en una vuelta de golf el fallo puede venir en cualquier golpe, el cualquier hoyo, en cualquier situación. Sin embargo, lo entiende y lo acepta porque sabe que jugar perfecto a este deporte es imposible. Lo intenta olvidar lo antes posible en mayor o menor medida y sigue su vuelta. ¿Qué hace un random amateur por norma general? Se mosquea.




Ese es el gran error del jugador amateur; no entender que en cada vuelta vamos a generar nuestra ración habitual de golpes fallados. Más o menos depende del día, por supuesto, pero haberlos los habrá. Debemos por tanto aceptarlos y no arrastrar los fallos pasados hoyo tras hoyo, porque no harán sino generar más todavía.

El pro me decía que cuando se sale a jugar, se debe asumir ese porcentaje de golpes fallados. Por supuesto cuando más bajo es el hándicap, menos fallos van a haber -o mejor dicho, debería haber-. Entender y aceptar el haber dado un soket, el haber mandado la bola fuera de límites por un hookazo, hacer tres putts desde dos metros o pegar un salto de rana en un golpe aparentemente fácil redunda sin duda alguna, en el beneficio del jugador.

Su teoría me convención, la llamé La Teoría del Fallo –sí, lo se, soy un tío original buscando nombres- y si al salir al campo somos capaces de aplicarla, de aceptar el fallo y de entenderlo como hacen los profesionales, a todos nos iría mejor y, sobre todo, disfrutaríamos más (aún).

domingo, 2 de octubre de 2011

Nicanor Calvo

¿Nicanor Calvo? ¿Quién coño es Nicanor Calvo? Resulta que en este blog se ha hablado de Seve, de Tiger, de la Solheim, de Majors... Y ahora, de repente, un tal Nicanor Calvo...


Pues resulta que esta mañana, estaba servidor jugando la novena prueba del Circuito Montañes de Golf 2011 en el Campo de Mataleñas y entre hoyo y hoyo me encontraba hablando amigablemente con el Director del Torneo, el insigne jugador de golf y mejor ex-jugador de rugby llamado Nemesio Ochoa, y con su testaferro, Jesús San Millán, el tipo del mundo que más sabe de las bolas Solvay, cuando en mitad de la conversación, el primero recibe una llamada a su móvil (nada relevante, hasta ahora). 


Al colgar, nos mira a los dos y nos dice. Nicanor Calvo se ha auto-descalificado del Torneo. A lo que yo digo ¿Mande? ¿Quién coño es Nicanor Calvo? Nemesio me contesta que se trata del ganador de la prueba en la jornada del sábado, que es cuando juegan los de primera categoría (y doy fe que hay mucho nivel...)


Pero ¿qué ha pasado? ¿por qué se ha auto-descalificado?


Pues bien, resulta que este jugador, al cual no conocía de nada y era la primera vez que escuchaba su nombre, se había levantado por la mañana y se había venido al campo porque pensaba que la tarjeta que oficialmente habían publicado no era correcta. 


Y no, no lo era.


En uno de los hoyos le habían apuntado un golpe de menos y él, al día siguiente, después de haber sido proclamado ganador, después de salir su nombre en la noticia del periódico, ha venido de nuevo a Mataleñas y ha dicho: 'no señor'. Tengo un golpe más, así que, por favor, siguiendo las normas, descalifíquenme.


Cualquier jugador de golf sabe lo complicado que es ganar una prueba. Hay muchos que jamás lo han hecho. Si además en esta prueba juegan los mejores amateurs de Cantabria y alguno de las provincias circundantes, la dificultad de la empresa se complica aún más. 


Y resulta que este señor, porque eso es lo que, un señor, demuestra con su gesto que respeta el juego por encima de todo y tiene muy claro lo que significa este deporte. Éstas son las cosas que hacen diferente a nuestro deporte y éstos son los gestos de los que todo el mundo debería aprender.


Chapeau, Nicanor. Como he dicho, no te conozco de nada, pero tienes todo mi respeto y estoy seguro que el de muchos otros jugadores y miembros de la organización. Me quito el sombrero ante ti y ante tu gesto. Gracias por dar una lección y demostrar que no todo es ganar. Espero que niños, jóvenes y adultos aprendamos de tu gesto. Sobre todo los que aún no tienen claro de que va este deporte.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Maravilla irlandesa

Era el año 2003 cuando un tipo como yo, un aficionado al golf que sólo veía el Circuito Americano y el Circuito Europeo, descubrió la Solheim Cup y por ende el golf femenino. Europa, con Sörenstam a la cabeza, pegaba un baño de impresión a las americanas en aquella edición. 17 ½ a 10 ½. Ya andaban por ahí Julie Inkster, Cristie Kerr, Angela Stanford, Laura Davies, Sophie Gustafson y una jovencita noruega que respondía al nombre de Suzann Pettersen, elección de la capitana y que ganó los cuatro puntos de parejas y sólo perdió su individual del domingo. La representación española corría a manos de Ana Belén Sánchez, que jugó poco y no consiguió ningún punto, pero como se suele decir en estos casos donde por desgracia no sumas, hizo piña.

Pues bien, después de ver la paliza pensé que esto no era como la Ryder masculina, que las europeas dominaban y que en próximas ediciones ganarían de nuevo. Casi acierto. EEUU dominó las tres ediciones siguientes, con partidos igualados pero al final, la balanza siempre caía de su lado. 

Hasta que llegó el 2011…

No voy a analizar la Solheim de este año porque para eso hay páginas en Internet mejores que este blog, con profesionales que saben de lo que hablan, con conocimientos de este deporte, con conocimientos específicos de golf femenino y con conocimientos de su Historia. Sólo voy a plasmar pinceladas que me han llamado la atención y que han hecho que esta edición de la mal llamada Ryder femenina haya sido espectacular.

Azahara, hay veces que una competición como esta sirve para darte el empujón necesario en tu carrera individual. Recuerdo a Westwood en la Ryder de 2004, cuando venía con su confianza por los suelos desde hacía meses porque no metía un putt. Los dos fourballs que jugó con García le devolvieron la sonrisa y estoy seguro que una pequeña parte de su resurgimiento posterior fueron esos dos partidos disputados con el español. Azahara, tienes un juego prodigioso y estratégicamente eres igual de buena. Estás en el LPGA para ganar torneos y un Major. ¿He dicho uno? Estás para ganar más de uno y espero que esto te sirva para darte cuenta de lo que puedes hacer.

Tu participación ha sido gloriosa. Enhorabuena.

¿Suzann Pettersen? ¿Dónde está Pettersen? Eso es lo que se preguntaba todo el mundo, sobre todo sus compañeras. La noruega había debido perder el avión a Irlanda, porque la competición empezaba el viernes y el domingo después de comer seguía desaparecida. Ahora bien, llegó justo a tiempo para jugar los tres últimos hoyos de su partido contra Wie. Llegó en el momento oportuno. Tres birdies y punto fundamental a la buchaca.

Eso es lo que tiene ser la Número 2 del Mundo.

Carolina Hedwall tiene unas pelotas que ya les gustaría a muchos hombres tener. No se rinde nunca, se mosquea, saca el puño como si no hubiera mañana y además, no tiene miedo a enfrentarse a quien sea.

Para que luego digan que l@s suec@s son fríos.

Christie Kerr, desde esa Solheim de 2003 que antes comentaba, siempre ha sido mi jugadora favorita. Me encanta su juego, me encanta su putt y me parece un ejemplo de golfista en todos los sentidos. Sus lágrimas hoy me han matado, de verdad. Lo peor de esta edición.

No te merecías algo así. Ni tú, ni la Solheim.

Paula Creamer normalmente en pruebas del LPGA me cansa. Tanto rosa, tanto rosa, que me empalaga. El grip del putter rosa, el lazo rosa, el polo rosa, los zapatos con tonos rosas, el guante blanco y rosa... Me encanta el rosa, pero lo de ella es una sobredosis de ese color. En cambio, en al Solheim me apasiona. Le va la marcha, no se rinde nunca, está encantada de jugar todos los partidos y sabe tanto ganar como perder (saludos a Michelle Wie). El bañito de mi escocesa favorita en los individuales duele a cualquiera y si además estás invicta en individuales en la Solheim, ni te digo. Ella, yendo seis abajo y seis por jugar, con su bola en el bunker y la de Matthews para birdie, ha llegado al green con una preciosa sonrisa y ha sabido perder como pocas. Eso también es golf.

Prometo ponerme mañana para ir a currar una camisa rosa en tu honor.

Morgan Pressel. Cuatro puntos disputados, cuatro puntos ganados. Me ha encantado como ha jugado. En los golpes importantes con los hierros e híbridos ha dado la cara. En esos putts donde te matan los nervios ha respondido y de regalo, se ha merendado a Anna Nordqvist en los individuales. Canela fina.

Nadie gana un Nabisco con 19 años por casualidad...

Rosie Jones, ahora te toca a ti. Que salgan todos los que te pusieron a caer de un burro por escoger a Vickie Hurst y, sobre todo, a Ryan O'Toole. Me sabe mal porque O'Toole ha empatado un partido que tenía ganado, pero creo que ha sido más mérito de Hedwall que demérito de la estadounidense. Y quien diga lo contrario, que prueba a hacer el chip que tenía en el 18 con ese rough, con tan poco green y además, cuesta abajo. Su medio punto perdido no empaña para nada una maravillosa Solheim disputada.

Entrar en Internet el domingo a las 9 de la mañana y ver que uno de los partidos es Laura Davies contra Julie Inkster es, al menos para mi, una razón de peso para buscarte la vida como sea para poder ver la Solheim el domingo de principio a fin. Ambas son LEYENDAS de este deporte, LEYENDAS de esta competición y espejo donde muchas jugadoras se miran. Era su último baile, su 'gracias por todo', su 'va por ustedes'. Bueno, el último no. Como me dijo Álvaro Beamonte por Twitter: el penúltimo, siempre el penúltimo.

Michelle Wie, por cierto, el mundo no gira en torno a ti. Asúmelo. Sólo quería decirte eso.

Directores y/o Directoras del Torneo, por favor, por lo que más quieran, prohíban de una vez lo de las banderitas y los corazoncitos en la cara de las jugadoras. En serio, es una horterada de dimensiones bíblicas. Ya valió la broma, por favor... Sean coherentes, esto es una competición seria y estoy seguro que esa es la imagen que quieren transmitir. Pues bien, ese tipo de detalles, no ayudan.

Directores y/o Directoras del Torneo (y II) ¿hay alguna posibilidad de crear una comisión que regule las vestimentas escogidas por las capitanas de cada equipo? Entiendo que para las americanas va a ser complicado a veces, porque tienen que combinar azul, rojo, blanco y estrellitas. El riesgo de dar una patada a la moda es alto así que habrá que asumirlo, pero aún así hay veces que se debe decir 'no way' (para que lo entiendan bien.) 

Lo del bando europeo tiene más delito. ¡Azul, sólo azul! Y si me apuras, algún detalle amarillo. Lo del sábado, por ejemplo, fue un auténtico drama. Rayas horizontales amarillas y blancas en el polo. Jersey de rombos porque hacía frío y pantalón gris ¡con cuadros!. Rayas, rombos, cuadros... Esto en ciertos países es denunciable. Ah, y encima con las banderitas y los corazoncitos en la cara. Un drama.

Para ir terminando, que a mi me dan un blog y un teclado y me crezco, sólo puedo decir una cosa: CHICAS, ENHORABUENA. Habéis dado al mundo una lección que ha durado tres días, habéis demostrado (una vez más y en un deporte más) que no hace falta tener el cromosoma XY para ofrecer un espectáculo deportivo grandioso. Y lo más importante, estoy seguro que habéis creado afición y eso es algo que muchos y muchas no podrán decir jamás. 

El golf siempre os lo agradecerá. 

miércoles, 3 de agosto de 2011

El tigre que vuelve y el circo que le acompaña














Tiger vuelve después de tres meses fuera. Los aficionados lo tenemos que celebrar, el Circuito Americano descorcha botellas de champagne a escondidas para que no se note su alegría, las cadenas de televisión que emiten los torneos hacen el pino con las orejas y sus rivales en el PGA Tour, esos están con la mosca detrás de la oreja ¿por qué?


Porque nadie en su sano juicio se atrevería a pensar que un tipo que vuelve después de estar tres meses parado, que lleva dos años sin ganar nada, que ha tenido problemas personales muy serios y que ha atravesado por cambios profundos en su swing, es capaz de plantar batalla en un evento de los Campeonatos del Mundo ni en el PGA la semana siguiente.

Sin embargo, Tiger es Tiger, ha ganado más de 70 torneos en el Circuito Americano y tiene 14 Majors. Si alguien puede llevar la contraria a la lógica, es él. Estoy de acuerdo en que una hipotética victoria de Woods en Bridgestone C.C (donde ha ganado siete veces) y, sobre todo, en el PGA sería una sorpresa pero en el mundo del golf las sorpresas están a la orden del día. ¿Quién esperaba algo en el 2003 de Ben Curtis antes del Open y de Shawn Micheel antes del PGA? ¿Y de Todd Hamilton en el 2004?

Cuando se desató toda la polémica extra-deportiva con Tiger a mi me pilló de vacaciones en Nueva York. Madre mía que follón... Nosotros nos quejamos aquí de los programas del corazón, de ciertas cadenas que se dedican a dar prensa rosa constantemente. Del cotilleo sin sentido, del rebuzne desbocado de un lobby de mediocres que se creen que han empatado con alguien. Pues bien, lo que aconteció esos días en la televisión, radio y prensa escrita en EEUU estaba a medio camino entre lo patético y lo cómico. Y superaba con creces el espectáculo lamentable que vemos aquí a diario.


Todo dios hablaba del incidente, todo dios hablaba de la vida disoluta de Woods. Vamos, que parecía que todo el mundo sabía lo que hacía antes del incidente pero nadie lo contaba, cuando en realidad ni dios sabía nada de la vida de Woods, pero había que hablar de ello como fuera. No importaba si eras periodista, tertuliano, vecino, amigo del colegio, camarera de un local de Las Vegas o estrella del porno. Si por el camino caían unos dólares a la buchaca por la ponencia tigeriana, pues mejor que mejor.
















La sociedad americana, que para este tipo de incidentes es muy, muy, muy, muy hipócrita, sentenció a Tiger a muerte. Lo bajó del pedestal y lo apedreó públicamente cual puta en la época de Jesucristo. La doble moral americana es un asco, sobre todo porque en muchas ocasiones es de cara a la galería. Lo que les encanta luego es la imagen del héroe que renace de sus cenizas, el complejo de Ave Fenix. Adoran criticar y luego, unos meses después, volverse locos cuando esa misma persona non grata regresa a la senda del éxito.

Los ejemplos entre los deportistas son numerosos a lo largo de la Historia. A Magic Johnson le pasó cuando anunció que había contraído el VIH por había sido infiel a su esposa con un innumerable número de mujeres. Unos pocos meses después, cuando volvió a jugar con los Lakers, la sociedad enloqueció de felicidad. A Michael Jordan le pasó algo similar a raíz del escándalo de sus apuestas en los casinos. Al poco tiempo seguía siendo el héroe que nunca dejó de ser.

Y yo digo, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Que sí, que es un topicazo de los buenos, pero es la puñetera verdad.

Tiger es un caso similar. Todo el mundo está deseando que gane un torneo para subirlo de nuevo a los altares, todos los periodistas que echaron mierda sobre él le adorarán, todos los aficionados que lo vieron como el demonio con piel de cordero enloquecerán, todos los aficionados que le dieron la espalda le acosarán y todos los contratos publicitarios que se fueron, volverán.

Con esto no estoy justificando a Tiger, porque su forma de actuar no tiene justificación. A mi me parece que Woods está pagando por sus pecados, algo que todo el mundo hace tarde o temprano. Todo en la vida de Tiger estaba calculado, hasta su matrimonio con Elin. Sus asesores le aconsejaron casarse con ella porque eso supondría un beneficio económico importante en forma de patrocinadores. Vender que era un hombre de éxito en el deporte y a su vez, un feliz padre de una familia idílica le reportaría pingües (que palabra más hortera...) beneficios. Y así lo hizo.

Sin embargo, todo el cuento de hadas se vino abajo y Elin, que es rubia pero no es tonta, sabía perfectamente cómo cuantificar lo que le había supuesto en términos monetarios el matrimonio a Woods. Ni más, ni menos que la irrisoria cifra de 300 millones de dólares si no me equivoco (porque hablo de memoria y me suele fallar bastante). Esa fue la cifra que pidió en los trámites de divorcio.

Y oye, se lo merece la sueca, no faltaba más. La cagada de Woods es monumental, eso parece claro a tenor de todo lo que se ha hablado. Y aquí, el que la hace la paga y Tiger ya sabía las consecuencias que podía tener su forma de actuar. Eso sí, la mierda que se ha echado sobre su persona, con desfile de actrices porno incluidas contando sus andanzas con Tiger cual Paqui la Coles en Sálvame Deluxe, fue totalmente deleznable.

Que no justifique el circo que se montó no significa que defienda a Tiger.

Pero al final, lo que nos interesa es el Woods golfista, esa jugador de otra galaxia que ahora mismo anda perdido en alguna luna (quizás la de Valencia) y que tiene que dar un golpe encima de la mesa.

Muchos dudan de su capacidad para volver a ser el de antes. Pues bien, yo no espero a un Tiger dominador como ese año 2000 donde ganó tres Major o como en el 2005 y 2006 donde dominaba (más si cabe) el golf mundial a su antojo. En realidad, no lo espero de momento, este año.

El año que viene ya será otra historia si la salud física le respeta y la mental la arregla. De cualquier otro lo dudaría, pero ¿de Tiger? Del tigre me espero cualquier cosa.

Y si lo consigue, entonces, quizás entonces, con todo el merecimiento, podrá hacer esto a muchos que se lo merecen desde hace mucho tiempo.






sábado, 16 de julio de 2011

The Open, 2ª jornada y la cruda realidad en mi porra

Segunda jornada en Royal St. George's. Ya tenemos los setenta y un golfistas que lucharán por la victoria. Y digo bien, setenta y uno, porque todos tienen opciones. Desde Matthew Millar hasta Lucas Glover. Siete golpes en un Open no es una distancia insalvable, sobre todo si hoy sábado hace un día de perros como vaticinan.


Tres españoles jugarán el fin de semana: Miguel Ángel Jiménez (-3), Pablo Larrazábal (-2) y Sergio García (E). Apenas he podido ver imágenes de la segunda jornada, por lo que no voy a ser tran pretencioso de hacer un análisis basado en la clasificación. Solo diré que definitivamente el campo no está sencillo aún con ausencia de grandes vientos, frío o lluvia. Ayer los resultados fueron peores y salvo el ligero aumento del viento que hubo por la tarde, podríamos decir que fue un día ideal de verano en Inglaterra. Parece que la dirección del viento de ayer (sur-sureste), molestó bastante más a los jugadores que la dirección que había en la primera jornada.


Hoy es el Moving Day y la verdad es que con tantos jugadores con opciones, se presenta apasionante. Si a esto le sumamos el más que probable mal tiempo, la jornada no puede pintar mejor. Habrá que estar atentos y sobre todo, ver cómo superan este día de supervivencia los nuestros. Los norteamericanos podrían sufrir si se dan esas malas condiciones. No están acostumbrados a jugar bajo esas circunstancias por lo que el golf europeo puede ser el gran beneficiado de un día de perros.


Brindo por el Open. Ver a viejos rockeros como Bjorn, Miguel, Davis Love III o Darren Clarke ahí arriba siempre es gratificante. Ver a Tom Watson hacer un hoyo en uno, lo es más. Para los que no lo sepan, el cinco veces campeón del Open lleva 15 hoyos en uno en su carrera profesional. Hay que hacerlos...


Por cierto, golpe mortal al golf inglés. Sus tres máximos representes, Luke Donald (#1 del Ranking), Lee Westwood (#2) e Ian Poulter (#16), están, para sorpresa de todos, fuera del corte. This is the Open...


Y por último, mi porra. Ay mi porra... Todo pintaba bien el primer día y de repente, todo se ha torcido el segundo. Como suele ser habitual, llega un momento en el que vuelves a la realidad, a la cruda realidad... Tres de mis ganadores no han pasado el corte, uno de mis sleepers tampoco. No me lo esperaba. Eso sí, cuatro de mis no-ganadores tampoco lo han pasado. A ver cómo se da el asunto el sábado

jueves, 14 de julio de 2011

This is the Open – Resumen de la primera jornada y situación mi porra

Esto es el Open, ni más, ni menos. Después de una mañana con tiempo típicamente inglés, esto es, frío, vientos de 20-25 millas por hora y agua, llega la tarde y todo para. Luce el sol, las banderas apenas flamean y la lluvia desaparece.

Cuando muchos de los favoritos, véase Westwood, Mickelson, McDowell o Stricker entre otros, estaban sufriendo por encontrarse por encima del par, apareció la calma e hizo que Royal St. George’s fuera mucho menos fiero. Muchos jugadores del turno de tarde aprovecharon ese guiño de la meteorología para poder mejorar sus tarjetas y entrar de nuevo en el Torneo. El resultado, de 11 jugadores jugando al par o por debajo a mitad de jornada hemos pasado a 50 al final del día. Todo está muy abierto, como suele ser habitual en el Open. Sin embargo, el campo ya se ha cobrado sus primeras víctimas. Gente como Goosen, Ben Curtis (último ganador en este campo), Hunter Mahan o Álvaro Quirós ya saben que no van a ganar esta edición del Grande con más solera.

Es cuanto menos curioso que los dos colíderes de esta primera jornada sean un amateur y un reserva. Ambos comparten el puesto más alto de maneras diferentes. Mientras Bjorn jugó  como los ángeles en las condiciones más adversas, Lewis aprovechó los últimos hoyos de la tarde para hacer cuatro birdies en los cinco últimos hoyos. Los dos tienen mucho mérito, cada uno a su manera, pero esto no ha hecho más que comenzar.

Mención aparte merece Miguel Ángel Jiménez. El malagueño, cargado de experiencia y buen conocedor de los links, realizó una vuelta sin bogeys para situarse con -4 empatado en la tercera posición. Solo él y Larrazábal (-2) fueron capaces de no jugar por encima del par en ningún hoyo. Olé.

La vuelta de Sergio no es ni mucho menos mala. Ha tenido suerte que la salida de cadena haya sido quedando cuatro hoyos para acabar, la verdad. Esto le pasa en el hoyo 5 e igual se lleva la del pulpo. Sus problemas han sido desde el tee, algo extraño porque es bastante fiable en las salidas y por lo tanto estoy seguro que no deja de ser una anécdota, un problema de bloqueo mental, una mala racha puntual. Me hubiera preocupado más si el problema hubiera estado en el putt. Sin embargo, ha salvado dos pares con dos putts buenísimos en el 15 y el 17. Eso es una buena señal. Sergio no falla desde el tee, es su mejor golpe y mañana debería seguir como siempre, saliendo bastante bien. Hay q quedarse con los positivo y esto es que, primero, no ha perdido el Open como unos cuantos en esta primera jornada. Segundo, el campo no le ha ganado y el día no acompañaba durante su vuelta y tercero, ha estado bien en los greenes. 

Mañana se presenta una segunda jornada apasionante. Será interesante seguir qué es capaz de hacer el amateur Lewis, ver si el Bjorn que sale al campo es el que maravillaba hace ya unos cuantos años y que ha hecho acto de presencia hoy jueves, seguir con lupa las evoluciones de Pablo y Sergio, tener un ojo puesto en los favoritos con ciertas urgencias como McIlroy, Westwood o Donald y, por supuesto, rezar para que no se cumplan las previsiones meteorológicas, que dicen que habrá una plácida mañana y una tarde movidita, algo que afectaría a Miguel y Sergio.

Por cierto, dejo aquí el resultado actual de mi porra porríticamente incorrecta. So far, so good…